Cuando te dicen que una persona es hábil en manejar la espada, experto en combates medievales y de arquería, nunca lo relacionarías con un empresario exitoso.
Este es el caso de Jason Kingsley, un emprendedor popular y además, representante de Rebellion Developments, una empresa de videojuegos británica. Pero Kingsley no es un Director habitual, porque al entrar a su oficina te encuentras con armaduras y lanzas que cubren las paredes.
Un pasatiempo fuera de lo común
Además de ser un condecorado empresario, Kingsley es un cabalgador de la Edad Media. Desde pequeño se obsesionó por montar a caballo, y ya a sus ocho años de edad, era un montador tenaz, y al paso del tiempo logró convertirse en candidato para el grupo de caballería en la Universidad de Oxford.
Actualmente es un deporte que quiere hacer, no se puede negar que es peligroso, pero a Jason le encanta llevar la armadura a caballo en un combate simulado; no compara eso a nada. Este pasatiempo fuera de lo habitual causa cierta inquietud entre los trabajadores de la oficina, quienes al ver el conjunto de equipos o armas de Kingsley, toman un poco más de cuidado cuando alguien llama a su escritorio.
El lord de los videojuegos británico está convencido que su éxito actual se debe a su dedicación y empeño por este deporte. Esto es elemental para su vida comercial. La compañía de videojuegos Rebellion no cuenta con inversores externos.
Kingsley quiere cambiar a Rebellion, que deje de ser una simple empresa de videojuegos y transformarla en un fundamento para el pasatiempo en Gran Bretaña. En la actualidad cuenta con diferentes licencias para publicar revistas de comics y tiene varios proyectos con socios internacionales de cine y TV.
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